Tipos de sandía:
- Sandía negra: de piel oscura y pulpa muy dulce.
- Sandía rayada: la más común, con estrías verdes en su piel, pulpa muy dulce y alto rendimiento.
- Sandía sin semillas: son plantas partenocarpias resultado de técnicas de hibridación.
- Sandía mini o baby: ideal para consumo individual. Muy usada para cultivo en invernadero.
En la actualidad la mayor parte de las plantaciones se realizan con planta injertada sobre calabaza, para evitar problemas con hongos vasculares y de suelo.
La sandía es una planta muy sensible a herbicidas, por lo que se recomienda implantarla en suelos sin malas hierbas y usar acolchados (retienen humedad del suelo y evitan la proliferación de malas hierbas) con film de polietileno opaco de 100 a 150 galgas, con una anchura de 60 a 80 cm.
La superficie mundial de sandía es de unos 3 millones de hectáreas a nivel mundial, destacando China, Turquía y Brasil. En España, se cultivan unas 20.000 hectáreas, principalmente en Andalucía y Murcia. Los mayores consumidores son China y EE. UU. En Europa, los principales consumidores son España, Italia, Alemania y Francia. España es el principal proveedor del mercado europeo gracias a su clima favorable. Su consumo aumenta notablemente en verano, entre junio y agosto, debido a su efecto refrescante.
Requerimientos necesarios para el cultivo de sandía
Requerimientos de suelo
El cultivo de sandía prospera en suelos ligeros, bien drenados y con pH entre 6 y 7.5. La alta salinidad impide o reduce el desarrollo de la planta.
Requerimientos climatológicos
Es una planta de clima cálido, que necesita temperaturas superiores a 20 °C para germinar adecuadamente. Temperaturas entre 25-30 °C durante el desarrollo vegetativo y la floración favorecen el rendimiento. Las heladas y lluvias intensas afectan negativamente la producción.
Requerimientos hídricos
La sandía requiere una disponibilidad constante de agua, especialmente en las fases de floración y formación del fruto. El cultivo de sandía con riego por goteo permite suministrar agua de forma precisa y eficiente, evitando el estrés hídrico y reduciendo pérdidas por evaporación. Dependiendo de si el cultivo se realiza en campo abierto o en invernadero, los requerimientos varían:
Campo abierto:
- Requerimiento total de agua: Aproximadamente 400 a 600 mm por ciclo, dependiendo del clima y del tipo de suelo.
- Métodos comunes de riego:
- Riego por gravedad (menos eficiente).
- Aspersión
- Goteo (más eficiente y recomendado).
Invernadero:
- Requerimiento total de agua: Entre 250 y 400 mm por ciclo, es decir, menos agua que en campo abierto debido a que al tener el clima más controlado se reduce la evapotranspiración (debido principalmente a la reducción del viento). Otro factor que hace reducir el consumo de agua en invernadero es el uso más eficiente del riego por goteo.
- Métodos comunes de riego:
- Goteo con fertirrigación automatizada.
- En algunos invernaderos el suelo se sustitute por sustratos inertes (lana de roca, perlita, fibra de coco).
¿Cómo se cultiva la sandía?
Cómo se siembra
Se puede hacer siembra directa o mediante trasplante de plántulas (sistema más usado). Los marcos de plantación dependerán del tipo de planta (injertada o sin injertar). Se recomienda una distancia de 2 a 4 metros entre líneas y 0.7 a 1.5 metros entre plantas. A continuación, podemos ver en el cuadro, densidades resultantes en función del marco elegido (Fuente: El Huerto, nº61).

Cuándo se siembra
La siembra de sandía se realiza en primavera, siempre intentando evitar las heladas. En España la siembra se realiza:
- Campo abierto: desde mediados de abril hasta mayo.
- Invernadero: desde mediados de diciembre hasta marzo.
Cuándo se riega
El riego por goteo debe iniciarse tras la siembra y mantenerse de forma regular. El momento más crítico para el riego es durante la floración y el engorde del fruto. Un exceso en la última etapa puede afectar a los niveles de azúcar.
Campo abierto:
- Frecuencia de riego:
- Inicial (germinación y establecimiento): cada 2–4 días.
- Crecimiento vegetativo y floración: cada 4–7 días.
- Cuajado y desarrollo de frutos: cada 3–5 días, crítico.
- Maduración: reducir el riego para mejorar la calidad (azúcares).
Invernaderos:
- Frecuencia de riego:
- Más frecuente, pero con menores cantidades de agua (varias veces al día, dependiendo del sustrato y clima).
- Monitoreo con sensores de humedad de suelo y tensiómetros.
Fertilizantes y fertirrigación.
La fertilización de sandía debe ajustarse a la fase del cultivo:
- Nitrógeno: en etapas tempranas para estimular el crecimiento vegetativo.
- Fósforo y potasio: en floración y formación de frutos para mejorar el cuajado y la calidad.
El sistema de fertirrigación con riego por goteo permite una dosificación precisa de nutrientes, mejorando la eficiencia.
Tipos de plagas y fisiopatías.
Plagas:
- Mosca blanca (Bemisia tabaci), que se alimenta de la savia y, además, actúa como vector de virus peligrosos, como el del rizado amarillo del tomate.
- Pulgones, especialmente Aphis gossypii y Myzus persicae, también afectan a la sandía, provocando el enrollamiento de las hojas y transmitiendo virus.
- Trips, como Frankliniella occidentalis, atacan flores y tejidos jóvenes, causando deformaciones y transmisión de virus.
- Araña roja (Tetranychus urticae), un ácaro que provoca decoloración de hojas y debilitamiento de la planta.
- Minadores de hoja (Liriomyza spp.) forman galerías visibles que afectan la capacidad fotosintética de la planta.
- Nematodos del género Meloidogyne afectan las raíces, generando agallas que dificultan la absorción de agua y nutrientes.
- Rosquillas negras o larvas de Spodoptera spp. pueden atacar plántulas y hojas jóvenes, incluso frutos en formación.
- Fisiopatías.
- Rajado de frutos, que ocurre cuando hay riegos excesivos tras períodos de sequía. Se previene manteniendo un riego uniforme y evitando cambios bruscos de humedad.
- Corazón hueco, se produce por desequilibrios nutricionales, especialmente de boro, y por mala polinización. Mejorar la polinización y asegurar un correcto equilibrio de nutrientes ayuda a evitarla.
- Falta de cuajado, que se relaciona con temperaturas extremas o una deficiente polinización. Esto puede resultar en frutos deformes o en una baja producción. Se recomienda introducir colmenas de abejas en el cultivo y protegerlo de temperaturas inadecuadas.
- Quemaduras solares sobre frutos expuestos directamente al sol intenso, generando manchas blanquecinas o zonas secas en la piel. Para prevenirlo, es importante mantener un follaje denso o proteger los frutos con cobertura natural o artificial.
- Clorosis férrica es frecuente en suelos calizos y se manifiesta como un amarillamiento de las hojas jóvenes, con nervios que permanecen verdes. Se corrige con el uso de quelatos.
- Blossom end rot o podredumbre apical está causada por deficiencia de calcio. Aparece como una mancha oscura en la base del fruto (donde estaba la flor). La prevención incluye un aporte adecuado de calcio, una gestión uniforme del riego y evitar las humedades bajas combinadas con altas temperaturas (DPV alto)
Se recomienda el uso de productos autorizados, lucha integrada y el monitoreo constante.
Recolección de la sandía
La recolección de sandía se realiza entre 75 y 100 días tras la siembra. Se usan indicadores de madurez como: cambio de color en el pedúnculo, sonido hueco al golpear el fruto y el color de la base (amarillo cremoso). Aunque el principal es medición de azúcar (grados Brix) mediante el uso del refractómetro.

Productos de riego para sandía
Para conseguir un sistema de riego eficiente es clave contar con:
- Cinta de goteo con espesor mínimo de 8mil (0.2 mm) con goteros de alrededor de 1 l/h separados 20 cm. Con ello conseguimos una franja húmeda del suelo que proporciona del agua necesaria al cultivo. En Caudal tenemos una cinta con esas características que es la S200, muy implantada en el mercado con millones de metros instalados cada año que surten de agua a millones de sandías.
- Equipo de filtrado para evitar partículas de materia inorgánica que pueden obturar los goteros.
- Sistema de inyección de algún agente oxidante (peróxido de hidrógeno) que evita la proliferación de biofilm que se produce cuando se usan abonos orgánicos y se obturan los goteros.
- Programadores de riego automático.
- Válvulas de control de presión, para evitar sobrepresiones que podrían generar problemas en la cinta.
- Sensores de humedad y estaciones meteorológicas, para saber cuándo y cuanto regar.