Todos sabemos que el agua es un bien económico, es decir, escaso, y que como tal debe de ser tratado. Esta afirmación, que nadie niega, encuentra en la realidad muchos hechos que la contradicen y ponen en peligro la sostenibilidad hídrica del sistema agrario.
Ejemplos de ello:
- canalizaciones de agua con importantes pérdidas,
- desbordamientos de ríos,
- cantidades ingentes de agua que se pierden en el mar,
- manejo incorrecto del agua de riego,
- sistemas de riego poco eficientes…
La escasez de agua es un problema al que nos enfrentamos en cada temporada. Su demanda se incrementa todos los años en distintos sectores, como la agricultura, la industria e incluso el consumo humano. Este crecimiento de la demanda de agua no se refleja en un aumento de la oferta de la misma, mediante la optimización del riego implementando técnicas para una agricultura inteligente. De esta forma la gestión hídrica en los cultivos mediante ahorro de agua en riego por goteo, hace que mejoremos la huella de carbono, tanto en los cultivos como en el abastecimiento agua.
Actualmente existen muchas técnicas para aumentar dicha eficiencia. En este artículo se expondrán las cinco más significativas que fomentan la reducción del consumo de agua, algunos llevan más tiempo entre nosotros y otros son una innovación en riego agrícola.
- Riego por Goteo.
Existen diferentes sistemas de riego, clasificados según la forma en la que se emite el agua sobre el suelo. Los principales son:
- riego a manta,
- riego por surcos,
- riego por aspersión,
- riego por pívots,
- riego por microaspersión
- riego localizado.
- riego por goteo.
Partiendo de una primera definición general, el riego es:
“El medio de aplicar agua artificialmente a los cultivos para completar la acción de la lluvia”.
Esta definición no tiene en cuenta a la planta. Por lo que podríamos mejorar la definición de riego añadiendo algunos matices:
“El riego es el medio artificial de aplicar el agua a la zona radicular de la planta para que pueda ser utilizada por la misma al máximo”.
En esta última definición, introducimos a la planta y añadimos un valor de eficiencia, aplicar el agua en la zona radicular y que sea usada al máximo, es decir, de forma eficiente (con las menores pérdidas) por la planta.
El riego localizado o por goteo es una herramienta que tenemos para conseguir esta tarea. Busquemos una definición de este sistema. De esta forma podemos definir el riego por goteo como un:
“Sistema de riego sostenible que, mediante el uso de tuberías, en las que se integran unos dispositivos llamados goteros, que emiten agua, gota a gota, consiguen llevar el agua a una zona localizada del suelo (llamada bulbo), donde se acumulan las raíces absorbentes de la planta (una parte del sistema radicular)”

Hay que destacar que el bulbo es un volumen de suelo muy reducido con respecto al volumen total de suelo. Ello quiere decir que aportamos el agua en un volumen reducido de suelo, por lo que minimizamos mucho las siguientes pérdidas que en otros sistemas de riego se dan:
- Escorrentía: perdida de agua en la superficie del suelo debido a la pendiente de este.
- Percolación: perdida de agua en profundidad, llegando la misma a horizontes que no pueden ser utilizados por la planta.
- Evaporación: pérdida de agua desde la superficie del suelo a la atmósfera, es uno de los componentes de la Evapotranspiración.
En Caudal disponemos de una extensa oferta de soluciones de riego por goteo y riego por goteo automatizado.
- Sensores para optimizar el riego.
La monitorización es la observación y registros de forma más o menos continua de una o más variables, mediante el uso de sensores. El suelo es usado por la planta para obtener de él, el agua y las sales minerales necesarias para su desarrollo. Conocer el estado del mismo es fundamental para acometer estrategias de riego y fertilización. Para ello tenemos dos herramientas asequibles a cualquier agricultor: los análisis de laboratorio y el uso de sensores para el riego.
Existen variables del suelo cuyo resultado puede ser distinto a lo largo del día y que nos interesa monitorizar su valor ya que es muy cambiante: humedad, conductividad eléctrica y temperatura del suelo. Para ello existen varios tipos de sensores:
- Sensores de conductividad eléctrica: la conductividad eléctrica (medida en μS/cm μS/m) nos indica de forma indirecta la cantidad de sales hay en un medio, en este caso el suelo.
- Sensores de temperatura de suelo: los sensores de conductividad suelen llevar incluido un sensor de temperatura (mide en ºC) para compensar el efecto de la misma en el valor de conductividad eléctrica.
- Sensores volumétricos: miden la cantidad de agua que hay en el suelo. Para ser más precisos, miden el porcentaje que el agua ocupa en el total de volumen del suelo.
- Sensores de potencial hídrico o tensiómetros: miden la succión (presión negativa) que tiene que ejercer la raíz para sacarle agua al suelo. Este valor dependerá de la cantidad de agua que haya en el suelo, de la textura de este y de la salinidad que tenga esta agua.
De esta forma podemos tener un control de la humedad del suelo, y del resto de factores que son importantes para mejorar la productividad y crecimiento de la planta.
- Uso de satélites y drones
Todos los cuerpos emiten radiación. La radiación es la emisión, propagación y transferencia de energía en forma de ondas electromagnéticas y partículas. Mediante el uso de cámaras multiespectrales, podemos registrar radicaciones que emiten los cuerpos de diferentes longitudes de onda. Estas radiaciones nos dan información, de forma directa o mediante el uso de índices del estado hídrico del suelo o del estado de la planta.
El uso de drones o satélites se basa en el uso de dichas cámaras que registran la radiación del suelo y la planta. Pero el uso de una u otra tecnología de riego agrícola es diferente en cuanto a los resultados y los costes. La resolución de los píxeles de datos en los drones es mucho más alta que en los satélites.
La toma de datos con drones la marcamos nosotros, con el satélite depende de la frecuencia con la que pase por encima de nuestra finca. El coste del uso de drones es mucho mayor que el de satélites.
- Riego por goteo con energía solar.
El coste energético es cada vez una partida más importante dentro del total de los costes de la actividad agraria. Es por ello, que reducir o incluso eliminar este coste, resulta muy interesante.
El uso de placas solares para poder dotar de energía al sistema de riego (que suele ser el sistema que más energía eléctrica consume en la explotación) es una alternativa que muchos agricultores están usando.
El uso de riego por goteo es fundamental, ya que es el sistema que menos cantidad de agua debe de mover, con respecto a otros sistemas (riego a manta, aspersión, pivots, ….).
- Sistemas de Fertirrigación avanzada con riego localizado.
La fertirrigación consiste en aportar al suelo los nutrientes que necesitan los cultivos, mediante el agua de riego. Con ello se ahorra, por dos lados:
- Eliminación de los pases de abonadora con tractores.
- Reducción de la cantidad de abono a aplicar.
El beneficio medioambiental también se debe de tener en cuenta, ya que el abono se aporta al bulbo, con lo que la planta lo aprovecha al máximo, aumentando la eficiencia del abonado y disminuyendo el posible incremento de la salinidad del suelo, debido al uso de un exceso de abonos. También disminuye la percolación de agua con abono, por lo que no se salinizan los acuíferos.
Con la fertirrigación, el abono se aporta en cada riego, por lo que se pueden eliminar los abonos de liberación lenta y usar abonos de mayor calidad, ya que las cantidades de abono se reducen de forma importante mediante el uso de esta técnica, sin que aumenten los costes.
Manuel Gómez Carmona
Ingeniero agrónomo de Caudal